Entrevista a Herminia Millán, Ofade Consulting S.L.U

  1. El sector del olivar español necesita una gran transformación, desde tu punto de vista como debemos orientar la transformación para seguir siendo lideres?

¿Líderes en marca España o líderes en producción? Líderes en rentabilidad o sostenibilidad medio ambiental? 

Tengamos en cuenta que ahora confluyen diferentes tipos de cultivos, con diferentes rentabilidades y diferentes sostenibilidades medio ambientales y sociales. Debemos hacer que todo nuestro olivar sea viable en las 3 modalidades: 

  • Sostenibilidad social, fundamentalmente será más alta en el olivar tradicional, por lo que la medida definitiva y el poder llevar este valor al consumidor, será un alto valor añadido para el producto, debido a que uno de los 5 factores más valorados en los productos adquiridos por el consumidor internacional es el compromiso social. Para ello, el olivar tradicional debe unirse para potenciar esta sostenibilidad. 
  • Sostenibilidad medio ambiental. Ya es una realidad. En 2030 será obligatorio realizar el balance de carbono y nuestro olivar, a diferencia de otros cultivos, es un potente captador de CO2. Para ello, todas las empresas deben desde ya certificarse y para eso, deben imputar partidas propias que los ayuden a ser los primeros en este sentido. La posición de “esperar hasta que sea obligatorio” no es buena para el posicionamiento de las marcas… debemos estar a la vanguardia y en eso nuestro sector, a veces, se queda dormido. 
  • Sostenibilidad económica. Para conseguir esta sostenibilidad, la más complicada, de nuevo las empresas deben imputar partidas para I+D, apostando por la digitalización y monitorización de sus campos y sus fábricas. El problema es que, si las empresas no disponen de personal especializado y formado para la utilización y puesta en valor de estas nuevas tecnologías, las técnicas implantadas no servirán para nada. No servirá que digitalicemos una almazara si después los técnicos y operarios no realizan el trabajo de control exhaustivo y no hay nadie posteriormente que analice los resultados y corrija las desviaciones. Por tanto, la formación de los empleados,  la concienciación de la gran necesidad de cambio para continuar siendo rentables y la incorporación de personal externo que controle in situ la implementación de estas nuevas tecnologías será fundamental para alcanzar esta sostenibilidad económica. No comento nada sobre la transformación del olivar tradicional en otro medio de cultivo más rentable, porque para ello, será necesario todavía mucho tiempo, muchas I+D y un acuerdo sobre el agua. 

  1. Te defines como una apasionada de tu trabajo, del mundo oleícola. Licenciada en Químicas y con Alta Especialización en aceites y grasas, ¿Nos puedes hablar más de ti y como influyen las personas en el sector del olivar, sobre todo la gente que te rodea, sobre tu persona? Quién ha sido tu referente?

Estudié químicas por casualidad, porque fue la mejor nota que obtuve en selectividad y no tenía muy claro lo que hacer. El primer día de carrera, me alucinó y me enamoré para siempre. Tras la universidad y la alta especialización cursada en el CSIC, y estando cursando mi doctorado en el departamento de Ingeniería química de la Universidad de Sevilla, me hicieron una entrevista para una multinacional alemana, Süd-Chemie (actual Clariant) que buscaba a alguien para desarrollar enzimas para la extracción de aceites de oliva vírgenes en almazaras, un responsable de desarrollo de negocio para la zona EMEA. Durante años estuve recorriendo la cuenta mediterránea, muy joven y siempre rodeada de hombres, lo que para mí nunca fue un problema, es más, fue estupendo, porque siempre me trataron genial, en países como Siria, Túnez, Turquía, España, Portugal, Italia, etc. Lideré el desarrollo de enzimas de la compañía, visitando y trabajando en almazaras de todo tipo. Posteriormente lideré el departamento de I+D+i de la filial en España y finalmente, fuimos una de las principales empresas referentes a nivel internacional en el desarrollo de los mejores pretratamientos para las materias primas (aceites y grasas) de primera, segunda y tercera generación procedentes de la industria agroalimentaria como nuevas fuentes de energía para biodiesel, proyecto liderado por mi hasta 2012. Finalicé tras 10 años en la empresa por decisión propia, tras rechazar el trasladar mi residencia a Munich como alta directiva y creé mi consultoría en 2013, Ofade Consulting, para dar apoyo especializado al sector oleícola desde los conocimientos adquiridos en desarrollo de negocio e I+D. La suerte de haber viajado y trabajado con tantísimas empresas de tan diferente perfil ha permitido a Ofade un aprendizaje continuo. El hecho de trabajar para el sector internacional de aceites vegetales y no exclusivamente para aceites de oliva me permite estar alerta ante las problemáticas futuras y a entender que el sector no puede estar de espaldas ni encerrado en si mismo, sino que tiene que trabajar siempre mirando a su alrededor y no pensando que somos la panacea, sino teniendo que claro que solamente somos el 3% de la producción de aceites vegetales del mundo, una gota en el mar. Esto te permite poner los pies en la tierra. 

Con respecto a mi sector, tengo muchísima suerte, creo que soy bastante respetada y doy gracias diariamente por poder dedicarme a lo que me gusta. Tengo una suerte inmensa de gestionar QvExtra! desde 2020, con 33 empresas que me apoyan más de lo que merezco, además de haber liderado este año una iniciativa para unir al sector a través del PERTE agroalimentario, de la mano de Innsonmia y Deloitte. Siempre he sido bien tratada, aprendo continuamente de los demás, que me regalan sus conocimientos y trato de ayudar en lo que puedo. Me nutro de todos, habiendo tenido grandes referentes a lo largo de mi vida además de los grandes amigos del sector que ahora tengo… aun así, los mayores referentes en mi vida han sido mis padres, que siempre me trasmitieron la integridad como valor fundamental de la vida y considero que esta integridad me permite a día de hoy trasmitir la confianza a mi sector para que me abran las puertas de sus empresas, sabiendo perfectamente que la confidencialidad y la honestidad es el valor fundamental de mi trabajo.  

  1. El sector del aceite de oliva es un pilar fundamental en el sistema agroalimentario español. España es líder mundial en superficie, producción, y comercio exterior  gracias a la tradición olivarera de nuestro país y a una industria tecnológicamente avanzada y profesional capaz de obtener aceites de gran calidad. La producción española de aceite de oliva supone el 70% de la producción de la UE y el 45% de la mundial. Desde las instituciones, administraciones publicas ( ministerio, consejerias etc..), ¿Se hace todo lo necesario para ayudar desde el agricultor hasta el consumidor? ¿ Desde tu punto de vista donde debemos enfocarnos para fortalecer a todo un sector?

Con respecto a nuestro sector, en estos momentos, la alta demanda de aceites vírgenes desde el consumidor y la necesidad de mejorar rentabilidades está empujando a nuestro sector a mejorar procedimientos. Hasta hace pocos años, nos conformábamos con producir lo que fuese y vender a los italianos. Esto ahora, con el buen trabajo de las empresas y la valorización de sus marcas, ha cambiado. Nosotros tenemos que hacer el mejor AOVE porque lo vamos a tener que vender con nuestra marca y mantener una marca en el tiempo supone responsabilidad y compromiso a largo plazo con el consumidor. Y ahora, desde mi punto de vista, llega el dificultoso trabajo de las empresas:

  • Por un lado, los grandes envasadores, que se nutren de diferentes aceites y que conocen los graves problemas que acontecen el comercio internacional, tienen que establecer protocolos de exigencia máxima a sus proveedores. No pueden seguir comprando lo que sea que nos llegue del campo y después tener que hacer milagros e infinitos blends para adaptar partidas a los requisitos de los compradores internacionales. 
  • Por otro lado, los agricultores con producción y marca, que quieren competir en un mercado internacional, también tienen que anteponerse a las necesidades y requisitos del medio largo plazo a nivel internacional e invertir en I+D e innovación para ser los primeros en el cambio. 

Hay que exigir al productor de AOVE que tiene que hacer buenas prácticas, si o sí, porque esto será lo único que nos beneficie a largo plazo. Si nos dicen que el AOVE es saludable porque tiene polifenoles, los tiene que tener y para eso, tenemos que protegerlos, por ejemplo. Si nos dicen que tenemos que producir limpio de MOSH MOAH, lo tenemos que hacer, no podemos obviar este tema hasta que un día nos topemos de pared con el problema y se nos caiga el mercado español porque no tengamos forma de controlar esta contaminación. Para ello, consultorías como la mía participan ayudando a las empresas y adaptarse a los requisitos futuros. 

Con respecto a la administración, yo entiendo que hay grandes asociaciones, lideradas por los más grandes, que participan en parte de las cuestiones relevantes de la administración, pero creo que, además de con estas empresas tan importantes y conocedoras del negocio, la propia administración tiene que contar con las pequeñas asociaciones y también con expertos, gente que está en las fábricas, en la problemáticas de las mismas, en la gran industria, investigando a gran escala, especializados del sector, independientes, que también aporten su visión, para evitar intereses propios que puedan nublar los intereses globales de los sectores. 

Creo que se están dando pasos importantes en cuestiones referentes al control de la trazabilidad, calidad, etc. pero todavía hay un gran desconocimiento real por parte de los que dirigen de lo que es una almazara, de la problemática de los residuos, de la obligada vinculación del campo y la industria, etc. Con respecto a las ayudas, hay que promover las ayudas existentes, pero es importante que la administración entienda que en el sector oleícola, la I+D es muy limitada, no hablamos de desarrollar microchips, hablamos de hacer AOVE con una limitación de normativa grandísima, que casi no nos deja ni respirar, todo por medios físicos, por lo que la I+D debe ser entendida diferente en nuestro sector. Es el sector más controlado, más limitado… por lo que la administración tiene que conocer esto para actuar en consecuencia y apoyar muchos proyectos que nuestro sector considera prioritarios y que están siendo rechazados desde el ministerio porque los técnicos consideran que no tienen tanta I como debieran…. 

Y una última cuestión que la administración debe saber es que, en nuestro sector, en la mayoría de las empresas pequeñas y medianas, no existe departamento de I+D ni de desarrollo de negocio, las estructuras son escasas, por lo que promover ayudas sin promover la subcontratación de entidades especializadas, no servirá de nada, porque las empresas no pueden acometer estas ayudas porque después no tendrán como llevarlas a cabo. Ellos podrán llevar a cabo los trabajos rudos, los del campo, la fábrica, el laboratorio, los análisis, etc. pero la I+D necesita diseñar experimentos con sentido, controlar variables al milímetro, análisis de datos, necesita compilar resultados, emitir conclusiones, escalar a industrial, etc… En definitiva, la I+D necesita un departamento real de I+D en las empresas, que en muchas de ellas, no existe como tal. 

Por tanto, promover ayudas para la subcontratación de consultorías científico técnica, nada que ver con la gestión global de un proyecto, que es otra cosa, será positivo para que las empresas se sumen al cambio, porque es realmente costoso disponer, para empresas PYME, de departamentos de I+D con alta especialización y no lo será tanto, si los pueden subcontratar exclusivamente para el desarrollo de un proyecto determinado. 

  1. La crisis económica actual y la subida de precios por IPC nos hace resentir nuestra cesta de la compra. ¿Podemos perder consumidores por otras grasas vegetales más económicas  con precios de 5 euros un litro de aceite de oliva refinado? 

Dependerá de cómo lo vendamos. Si continuamos aceptando, sin protestar, que la prensa generalista abra informativos con la subida de los aceites de oliva, por supuesto que perderemos consumidores. No veo que la prensa recurra constantemente al precio del aguacate o del vino, pero todos los días hay una noticia que habla del aceite de oliva. La administración, igualmente, se alarma por los precios actuales, pidiendo en los informativos que los bajemos… en un escenario como el de este año que las pérdidas, a pesar de los precios, serán altísimas… pero todavía parece que nadie entiende que hay un gran porcentaje del olivar español que no es rentable si no se valorizan los precios del aceite de oliva y se estabilizan en un rango superior a los 3 €/litro como mínimo a granel. Mucho más caro saldrá para el consumidor que desaparezca todo el olivar tradicional, lo que sí supondría un aumento de precios altísimo por la desaparición del 50% de la producción mundial de aceite de oliva, que el consumidor pague 4 o 5 € por un litro de aceite de oliva y envasado, etiquetado y puesto en el lineal, cuando estamos pagando 4 veces más por una botella de vino que consumimos en media hora. Dicen que el vino conlleva una sensación de placer… ¿y el AOVE no? Hagamos que también suponga esta sensación. Cambiemos el mensaje, contemos todo lo bueno que es el AOVE y que beneficios nos da y hagamos ver a la gente que pagar 5 € por litro es barato. Es una cuestión de hábitos y por cada noticia que salga hablando de lo caro del aceite, nuestro sector tendría que sacar una noticia contando lo que cuesta producir un AOVE de calidad y los beneficios al corto, medio y largo plazo que aporta. 

  1. ¿Sostenibilidad o rentabilidad?

Sostenibilidad global, que supone sostenibilidad social, medio ambiental y económica. Si no hay sostenibilidad global, ningún sector podría sobrevivir.